La aplicación de esta novedosa tecnología y cómo nos ayuda a gestionar y controlar nuestros activos.
La tecnología RFID no requiere línea de visión, el tag puede operar en ambientes agresivos y aún así ser leído desde largas distancias. Esta es una prestación muy importante para la cadena de abastecimiento.
El código de barras exige que las etiquetas sean “vistas” por los láser. Una línea directa de visión es requerida para leer un código de barras. Esta tecnología denominada “apuntar y disparar” requiere mucho tiempo si se compara con RFID. Como la identificación por radiofrecuencia no se basa en la adaptación visual para recoger información, un producto puede ser colocado al azar en una pallet o en un almacén.
Los códigos de barras como el EAN sólo identifican un producto o SKU (stock keeping unit). El código electrónico de producto es la información transmitida por la tecnología RFID. RFID puede identificar cada ítem en particular, tanto en una caja como en un almacén, en forma univoca asignando a cada código una numeración serial.
Los códigos de barras son leídos deliberadamente por una persona con un escáner. Un tag RFID automáticamente se anuncia a un lector cercano por medio de su señal de radio proveyendo un flujo continuo de datos disponibles a través de la tecnología RFID, aumentando la precisión y reduciendo los costos de control de inventario.